jueves, 9 de julio de 2015

Un de Vaqueros # 22

Una de Vaqueros. . .
Arturo García Gaytán.
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Dijeron que la India María murió, no es cierto;
cobra en la nómina del desgobierno estatal.

La verdad, es increíble que un tipo con nivel académico de doctorado y gobernador de una entidad federada de México y sobre todo tratándose de una situación delicada, como es el surgimiento de un nuevo grupo armado, salga a los medios masivos de comunicación a exhibir su mediocridad.
Para el desgobernador de Michoacán, la nueva guardia civil armada en Apatzingán es un truco de facebook, una charlotada que ni siquiera vale la pena tomar en cuenta, vaya, con esa óptica, no es de extrañar porque nuestro amado estado se encuentra en los niveles más bajos de desarrollo en el país.
Salvadorcito Jarrita no es un ente político, nos queda claro, entonces, debería conducirse bajo un mínimo de sentido común y un rango máximo de responsabilidad, pues se trata de la vida de decenas de personas que se ven afectadas y de un gobernante se espera al menos, congruencia.
            ¿Qué va a decir entonces sobre el despido masivo de dos mil quinientos empleados de la empresa Arcellor Mittal? Otro tema por demás delicado y vital, pues si el puerto de Lázaro Cárdenas es un polo de desarrollo regional no es posible que su gente se encuentre sin empleo.     Entonces, Salvadorcito enseña que no tiene huevos, mucho menos cerebro.
            Y ya que hablamos de la fantasía especulativa del desgobierno jarrista, señalaremos que en la CECUFID pierden el respeto y el piso, engañan vilmente a jóvenes michoacanos invitándoles a un selectivo para futbol rápido y bueno, una semana antes ya tenían elegido al equipo, ni siquiera el esfuerzo de los chamacos que se fueron a probar.
            Convocatoria amañada de por medio y la falsa ilusión para quienes de verdad tienen futbol y desean representar a Michoacán compitiendo, en fin, las viejas prácticas de siempre y el consabido moche de la asociación correspondiente que se conforma con embolsarse unas migajas, lástima.
            Si tuviera un diez por ciento de dignidad y un ochenta de congruencia, Agustín Trujillo Íñiguez, ya hubiera presentado su renuncia con carácter de irrevocable, pero no, le sigue jugando al vivo intentando de cualquier manera de justificar que no pudo sacar a su candidato.
            Amenaza y señala con dedo flamígero, pero no le alcanza la autoridad moral, pues fue impuesto, que no votado, y en cuanto se acabe en las arcas tricolores el último peso aportado por sus candidatos, seguramente saldrá por la puerta de atrás, como acostumbra siempre.
            Si hay alguien que debería de ser expulsado, es él, y no los dizque traidores al Chon, no, esas son patrañas, igual se traiciona cuando se miente, simula y oculta, entonces Agustín Larín debe irse ya y dejar acéfala la dirigencia estatal priistas, como ha estado desde hace ya algunos años.
            Claro que están ya los calientes, los que perdieron en la urnas y ahora ven en su partido la oportunidad de encontrar un empate, hay también quien aspira a dirigir pero no cuenta con respaldo de los grupos hegemónicos preponderantes, si acaso les darán una cartera.
            Y hay otros, que habiendo renunciado de facto en los medios masivos ahora quieren darse baños de asiento y golpes de pecho agandallando la dirigencia estatal del PRI en Michoacán, entre ellos, el mal querido Guillermo Valencia Reyes.
            ¿Quién es Guillermo Valencia Reyes? Mediocre como estudiante, nació en Tepalcatepec, pero fue criado en Morelia, destacó luego de haberse desepeñado como mascota de Alfredo Anaya Orozco, hijo de El Rey Mierdas, de quien vivió mientras duró la campaña a la gubernatura.
            Hijo político de Agustín Trujillo, fue cobijado por Jesús Reyna y su grupo cuando todos despreciaron la candidatura a la diputación local de ese distrito que encabeza Coalcomán; hizo campaña de fiado, como él mismo refiere y como uno mismo se entero después.
            Llegó al congreso del estado con la licenciatura trunca, y una ansia de legitimarse socialmente inimaginable, se mandó componer un corrido, el que fue grabado en disco compacto y reproducido por la región de tierra caliente, comenzó a comprar motocicletas y vehículos de lujo.
            Comenzaron los desmanes: atropelló a un joven peatón en la ciudad de Morelia, volcó una camioneta suburban en la carretera costera, se desprende de los peritajes que los tripulantes iban alcoholizados; en tres años hizo válido el dicho: el que no tiene y llega a tener, loco se quiere volver.
            Un aportó más nada a la legislatura ni al estado, solamente viajó y engordó, pagó lo que debía y ha de ser un ahorrador increíblemente ducho y seguramente tiene un asesor financiero que envidiaría el mismo Donald Trump, pues sin contar con un empleo mantiene el ritmo de vida que adquirió al ser diputado local.
            El grupo al que se le liga, el de Reyna, no lo apoya en sus aspiraciones de presidir el PRI michoacano, lo juntan sí, pero no lo respaldan, ellos apuestan a una dirigencia conjunta con el grupo de Víctor Manuel Silva Tejeda, y entonces, provocar la reconstrucción de su instituto político.
            No, si el hombre fuerte de la desadministración estatal va a ser Jaime A. Esparza Cortina, éste deberá explicarse de cara a la ciudadanía, por qué lejos de entregarse y ponerse a las órdenes de la justicia, cuando el asesinato de Ovando, optó por darse a la fuga y convertirse en un prófugo.

            Y otra muestra del desgobierno, la Ley de Salud en Michoacán contempla proteger a los no fumadores y prohíbe que en edificios públicos y sus áreas ambulatorias se consuma tabaco, entonces, ¡por qué la secretaria técnica de Comunicación Social, la tal Atzimba Roslies, fuma como chacuaco en su oficina?

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