miércoles, 7 de agosto de 2019

Una de vaqueros .11


Una de Vaqueros. . .
Arturo García Gaytán.
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Morongas, te quedó grande el uniforme, si no puedes solicita licencia…

La capacidad camaleónica del silviano es asfixiante, cuando el secretario de Hacienda lo manda a paseo sale a rebuznar a los medios tirando materia fecal al gobierno federal, cuando viene el presiganso, se mimetiza en el más ferviente chairo, si se trata de ladrar sobre el tema de seguridad pública igual enseña los dientes.
            Lo más preocupante es que no se cuestionan las dotes histriónicas del goberladrón michoacano, no, es buena actriz, tal parece que ya no distingue de la asfixiante realidad en la que vivimos la gente común y la fantasía que nos quiere vender a fuerza de discursos y poses mamonas.
            Millones de pesos destinados a salud, dijo, cuando un día antes sale su contador a decir que no se atienen programas porque el dinero se usa para pagar la nómina de maestros, porque el presiganso se excedió de dosis de atole con el dedo con silviano.
            Desafortunadamente Michoacán va al garete, sin rumbo, sin crecimiento ni certidumbre, hemos sido gobernados por un ego voraz adicto a la rapiña de las arcas y que hasta hoy ha comprado impunidad a muy alto costo y claro, pagamos nosotros con nuestros impuestos.
            El otro anciano también se mueve en un país de ilusiones, donde la trama se llama mentira, engaño y saqueo, convoca a médicos jubilados a trabajar gratis para rescatar el sector salud mientras regala en Sudamérica nuestro dinero, la incongruencia es una constante en el gobierno federal, que la riega y disemina por todo el país.
            ¿Y ahora quién podrá ayudarnos?
            Nadie, salvo que comencemos a cuidarnos y protegernos nosotros mismos, pues los que deberían de velar por nuestra persona y pertenencias están muy ocupados saqueando las arcas públicas y no tienen tiempo de distraerse de su tarea.
            Por cierto, ¿hay algún antecedente del número de concesiones de transporte público que actualmente dan servicio? En pleno siglo 21 y donde todos los actores políticos se llenan el hocico de ser transparentes, el padrón de concesionarios de transporte sigue sumido en la nata de embutes y corruptelas.
            Esos liderzuelos que gritan, señalan y gimen deberían de pugnar porque se transparente y se haga público el padrón de concesionarios del transporte, o temen que al no alcanzarles la familia y gente de confianza nos enteremos de la enorme cantidad de taxis y combis que poseen.
            Igual de interesante sería tener a la vista de los interesados el padrón y los pormenores de la revista vehicular de los últimos cinco años, saber el número de unidades revisadas y las incidencias, ¿sería pedir demasiado? No, en aras de transparentar, todo, nunca es demasiado.
            Que gusto d saber que la gente que se aplica y es disciplinada corona sus metas y realiza sus sueños, no hace ni tres meses el Maestro Juan Carlos Arvide Enriquez, patrón de la Casona del Teatro, convocó a los medios para anunciar el regreso de la puesta Cuernos por teléfono.
            Perfilada la obra a cumplir sus 300 representaciones, Arvide invitó al público a presenciar esta comedia que promete, para quien no la haya visto aún, en volverse en una de las preferidas de la gente, pues su dramaturgia es de fácil asimilación y está hecha para toda la familia.
            Muy del tipo de teatro que se realiza en La Casona del teatro, donde no hay butacas, mesas y se puede degustar un refrigerio o una bebida mientras se paladea la obra de teatro, pareciera que las puestas que presentan son meticulosamente elegidas.
            Espacios como éste hacen falta por toda la capital del estado, donde los morelianos puedan congregarse a compartir la cultura en familia, se antoja imposible, pues la cabeza del municipio acusa su falta de la misma por todos los poros y cada vez que abre la boca, y eso que se dice profesor.
            Y ya que entramos al callejón de sal si puedes, da pena ver como el canon y canonistas mexicanos, esos intelectualoides que gravitan en cuanta nómina se puedan colocar, se benefician de cuanta beca pescan y que se sienten hijos de las mismas musas, incluso en el ocaso de su vida le hicieron el vacío al Maestro Armando Ramírez Rodríguez.
            Recordemos que fue la misma imbécil de Margo Glantz la que llamó y bautizó despectivamente a esa generación de jóvenes creadores como escritores de la onda, Parménides García Saldaña, José Agustín, Gustavo Sainz y el mismo René Avilés Favila.
            Armando Ramírez fue un autodidacta que nació, creció y murió en el barrio bravo de Tepito, se sumó al movimiento que comenzaron pintores y artistas plásticos, Tepito arte acá, volviéndose en poco tiempo un cronista y gestor cultural del barrio y la ciudad.
            La obra del Maestro Ramírez es un fiel reflejo de los usos, costumbres y rituales de la vecindad, del arrabal, de un sector de la sociedad deseoso de mostrarse con sus albures, su comida, sus fiestas tocadas y peleas, por eso Armando no encajó entre los escritores de la época, bastante fresas y domesticados, acostumbrados a tragar las sobras de la mesa del poder político.
            Si no han leído todavía, Chin chin el teporocho, háganlo, les prometo que no se van a arrepentir, y seguro estoy, podría apostar que van a acudir en breve a la librería de viejo de su preferencia a preguntar por la demás obra de Armando Ramírez, es neta. Ay ojitooos pajaaaaaaariiitos.

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